¿Qué es un vehículo autónomo?
Es un vehículo capaz de imitar las capacidades humanas de manejo y control y de percibir el medio que le rodea para navegar en consecuencia.1 El conductor podrá elegir el destino, pero no se le requiere para activar ninguna operación mecánica del vehículo.
La SAE (Society of Automotive Engineers) es la Sociedad de Ingenieros de Automoción, una organización creada en Estados Unidos a principios del siglo XX cuya principal ocupación es definir estándares que puedan ser implementados por las empresas involucradas en el sector de la automoción.
Lo realmente interesante es que esta norma propone seis niveles de conducción autónoma numerados del 0 al 5.
El primero de ellos, el nivel 0, identifica a los vehículos que no cuentan con ningún tipo de automatización de la conducción (los coches tradicionales tal y como los hemos conocido durante décadas).
El segundo, el nivel 1, describe los vehículos que incorporan algunos sistemas de automatización que facilitan el control del desplazamiento longitudinal del coche, o bien del movimiento lateral, pero no ambos a la vez. El conductor sigue siendo la persona que va sentada «al volante». Todos los coches que incorporan algún tipo de control adaptativo de la velocidad de crucero capaz de acelerar, frenar y mantener por sí solo la distancia de seguridad, y hay muchos, quedan englobados en este nivel. También los coches con aparcamiento asistido que solo actúan sobre la dirección, pero no sobre el acelerador y el freno, son de nivel 1.
El nivel 2, aglutina los coches que cuentan con un piloto automático de carácter temporal para autopistas, así como aquellos que tienen un asistente para atascos de tráfico que únicamente funciona en circunstancias muy específicas (normalmente solo por debajo de 60 o 65 Km/h). También son de nivel 2 los vehículos que tienen aparcamiento asistido, pero que, a diferencia de los de nivel 1, en este caso actúa tanto sobre la dirección como sobre el acelerador y el freno. Eso sí, el conductor sigue siendo imprescindible.
En el nivel 3, y aquí la conducción autónoma empieza a ponerse realmente emocionante. Un coche de esta categoría debe ser capaz de controlar el desplazamiento longitudinal y el movimiento lateral, así como de detectar objetos y eventualidades que afectan a la conducción. Y, por supuesto, debe poder responder de forma automática ante ellos. Como ves, el nivel de automatización ya es importante, pero el conductor sigue siendo esencial porque debe estar preparado para intervenir si el sistema lo solicita o se produce un error que conlleva la desaparición de las condiciones óptimas de funcionamiento. Sencillamente, el conductor a veces conduce, y a veces no. Depende de las circunstancias.
En el nivel 4 la conducción autónoma adquiere un tono aún más serio e impactante. Y es que es esencialmente idéntico al nivel 3, pero con una mejora muy importante: si se produce un error o las condiciones óptimas de funcionamiento desaparecen, debe existir un sistema de respaldo capaz de tomar el control y sostener la conducción automática hasta recuperar las condiciones de riesgo mínimo. Llegado este momento, la conducción sería de nuevo controlada por el sistema autónomo principal. En cualquier caso, lo realmente impactante es que un coche de este nivel puede circular solo. El conductor aquí ya no es necesario, pero el coche sigue atado a la posibilidad de que se den ciertas condiciones en el entorno que hagan imposible mantener la conducción. En ese caso, el vehículo se detendría.
Por último en el nivel 5, un coche con estas prestaciones puede circular completamente solo. Da igual en qué contexto y en qué circunstancias externas: a diferencia de los vehículos de nivel 4, debe ser capaz de responder con eficacia ante cualquier alteración de las condiciones óptimas de funcionamiento, manteniendo la marcha. En los coches de nivel 4, si nos atenemos al estándar propuesto por la SAE, la presencia del volante y los pedales no es imprescindible, aunque sí recomendable para que un conductor humano pueda retomar la conducción si es necesario. Pero en los coches de nivel 5, desde luego, es absolutamente prescindible.
Si vamos hoy mismo a un concesionario, ¿cuál es el nivel de conducción autónoma más avanzado que podemos encontrar en un coche que ya está a la venta? La respuesta, después de lo que hemos visto, es bastante rotunda: el nivel 2.
Algunas marcas han hecho aproximaciones muy cercanas al nivel 3, por lo que no resulta descabellado considerar que los Model S de Tesla equipados con el sistema AutoPilot 2.0 pertenecen a este nivel.
El gobierno de los estados de Nevada y Arizona aprobó hace ya varios años una ley que permite la circulación, bajo unas condiciones de seguridad muy estrictas, de vehículos autónomos. Tanto es así que a mediados de 2012, un año después de la aprobación de estas leyes, el estado de Nevada expidió la licencia al primer coche autónomo con permiso para circular: un Toyota Prius equipado con la tecnología de conducción autónoma de Google (nivel 4). A partir de ese momento tanto Uber como General Motors, han comenzado a realizar pruebas de conducción autónoma en ciudades como Las Vegas
Pero lo curioso es que a mediados del pasado mes de noviembre Waymo dio a conocer que había empezado a realizar pruebas en las calles de Phoenix con coches autónomos sin conductor de seguridad. Hasta ese momento era necesario que un conductor estuviese al volante para tomar el control si alguna circunstancia lo exigía. Pero ya no. Los coches autónomos de esta compañía llevan cuatro meses circulando sin conductor por la ciudad.
Curiosamente, la nueva normativa permite que estos coches puedan circular sin necesidad de contar con volante, pedales, espejos retrovisores o cualquier otro elemento necesario para la conducción por un ser humano, pero prescindible para los sistemas de conducción autónoma.