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lunes, 14 de octubre de 2019

Exploración del espacio profundo

A partir de un acuerdo firmado en 2010 entre los gobiernos de China y Argentina, y luego de la aprobación en el Congreso de la Nación, comenzó en 2014 la construcción de la estación para la observación del espacio lejano en la provincia de Neuquén, la cuál finalizó en 2017. Posee una antena de 35 metros de diámetro y permite observaciones a más de 300000 de kilómetros de la Tierra.
Para China, esta antena es una de las 3 instaladas, que forman parte de un proyecto integrado. El país asiático estuvo a cargo  del financiamento  y de la construcción, que fue realizada por empresas y trabajadores argentinos.
Argentina, de acuerdo con el convenio firmado, tiene derecho a utilizar el 10% del tiempo de uso de la antena para proyectos de investigación científica nacional, y la oportunidad de trabajar con la más moderna tecnología para observaciones y/o mediciones de objetos en el espacio exterior.
Dadas las características técnicas de sensibilidad,  bajo ruido y capacidad de apuntamiento de las antenas de espacio profundo instaladas en la Argentina, es posible su uso como radiotelescopio para observaciones dentro de las bandas asignadas a las de comunicaciones de espacio profundo: bandas S, X y Ka. 
Ya se ha comenzado a realizar observaciones radioastronómicas por parte de investigadores del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) y de la CONAE, para medición de pulsares, y se está trabajando en iniciativas para crear capacidades nacionales de aplicación de esta tecnología de punta.  Al igual que en el caso de la antena Deep Space 3 de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Malargüe, Mendoza, las observaciones pueden ser realizadas en forma remota.

   

                                                           Fuente: Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE)




jueves, 10 de octubre de 2019

La Revolución de las baterías de Ión Litio

Las baterías, hoy empleadas en computadoras, celulares y autos, constituyen una pieza fundamental para transformar el paisaje energético y orientar el mundo hacia un “paradigma recargable”.
Durante los 70’s, en un escenario pautado por la Crisis del petróleo, Whittingham colocó manos a la obra y en poco tiempo creó una batería con gran potencial (dos voltios). Sin embargo, el problema era que estaba basada en litio metálico, el cual es reactivo y volvía a la propuesta inviable. Fue Goodenough quien recogió el guante y una década más tarde decidió reemplazar los insumos que la hacían explosiva. De esta manera empleó óxido de cobalto con iones de litio y tornó a la tecnología mucho más potente (cuatro voltios). Finalmente, el mundo debió esperar a que Yoshino marcase un verdadero punto de inflexión: volvió a la batería más ligera y resistente para ser cargada y recargada cuantas veces fuera necesario. De este modo, se tornó susceptible de ser comercializada.
En primer lugar, ha tornado más pequeños a los celulares, tablets y computadoras y, de esta forma, habilitó la consolidación de la electrónica móvil. La segunda aplicación importante tiene relación con la electrificación rural: aquellas personas que no tienen acceso a la red eléctrica pueden emplear la batería para almacenar energía. La tercera y, quizás la más rimbombante, tiene que ver con los autos eléctricos”.
El litio es el metal más liviano y, a la vez, detenta excelentes capacidades para almacenar energía. Un auto, por ejemplo, utiliza el equivalente de litio presente en 15 mil celulares, por ello, se espera que la industria automotriz sea –en un futuro no muy lejano– la encargada de traccionar la demanda de este insumo.“Las baterías recargables de ion de litio le ganan por goleada a cualquier otra. Tienen una ciclabilidad (carga y descarga en miles de ciclos) increíble y permiten, por ejemplo, que nuestro celular se la aguante a las 11 de la noche sin haber sido cargado desde la mañana. El contraejemplo son las de plomo ácido que se usan en los coches y que, cada tres o cuatro años, hay que cambiar”, describe Victoria Flexer, investigadora del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Jujuy. Y, luego, completa su argumento: “Más allá de posibilitar la portabilidad en electrónica y la fabricación de autos eléctricos, han permitido almacenar energía de fuentes renovables pero intermitentes como la eólica y solar. No es factible pensar en una matriz energética con una altísima porción de renovables sin contar con el método de almacenaje. Hoy en día, en Argentina, el empleo de renovables es inferior al 1%”.

miércoles, 9 de octubre de 2019

La próxima actualización de WhatsApp no funcionará en algunos teléfonos

La plataforma de mensajes WhatsApp anunció que el año que viene la aplicación dejará de ser compatible con celulares con software que considera antiguos. La compañía confirmó que no volverá a desarrollar actualizaciones en aquellos dispositivos con sistemas operativos Microsoft Phone, los inferiores a Android 2.3.7 (Gingerbread) y iOS 8.
Los celulares quedarán obsoletos para la app “después del 1 de febrero de 2020”, según aseguró la compañía en su página web. Así, los dispositivos no podrán ni crear cuentas nuevas o volver a verificar las existentes.
Qué celulares quedarán sin WhatsApp en el 2020
Entre los equipos que quedarían por fuera del soporte brindado por la empresa, propiedad de Facebook, están por ejemplo el iPhone 4 y los iPad de tercera y cuarta generación. Whatsapp, el sistema de mensajería que es utilizado por 1.500 millones de usuarios en el mundo, explicó que si bien se estima una fecha de caducidad, “algunas de las funciones pueden dejar de funcionar en cualquier momento” en estos celulares.

A estos se suman también a los dispositivos Nokia S40 y todos los que tengan sistema operativo Microsoft, que dejarán de funcionar el 31 de diciembre. La app había dejado de estar disponible en la tienda de Microsoft después del 1 de julio de este año.