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VPN es la sigla de Virtual Private Network, o red privada virtual.
La palabra clave aquí es virtual, pues es esta
propiedad la que genera la necesidad de la VPN en sí, así como la que
permite a las conexiones VPN ofrecerte los múltiples usos que veremos
más adelante.
Para conectarse a Internet, tu móvil, PC, televisión y demás dispositivos generalmente se comunican con el router o módem
que conecta tu casa con tu proveedor de Internet, ya sea mediante cable
o inalámbricamente. Los componentes son distintos si estás usando la
conexión de datos de tu móvil (que incluye su propio módem y habla con
la antena de telefonía) pero la esencia es la misma: tu dispositivo se
conecta a otro, que le conecta a Internet.
Lo más normal es que no tengas uno, sino varios dispositivos
conectados al mismo router: móviles, ordenadores, consolas... En este
caso cada uno tendrá asignada una dirección IP local, que no es visible
desde Internet. Esto es una red local, un conjunto de
dispositivos conectados de tal modo que puedan compartir archivos e
impresoras sin necesidad de pasar por Internet.
Una conexión VPN lo que te permite es crear una red local sin necesidad que sus integrantes estén físicamente conectados entre sí,
sino a través de Internet. Es el componente "virtual" del que
hablábamos antes. Obtienes las ventajas de la red local (y alguna
extra), con una mayor flexibilidad, pues la conexión es a través de
Internet y puede por ejemplo ser de una punta del mundo a la otra.
Sin embargo, es otra peculiaridad de las conexiones VPN la que las está volviendo tan de moda hoy en día: los túneles de datos.
Normalmente, mientras usas Internet tu dispositivo se pone en contacto
con tu proveedor de Internet, que es el que conecta con los distintos
servicios web para ofrecerte, por ejemplo, los vídeos de YouTube. Cuando te conectas a una conexión VPN, esto cambia. Todo tu tráfico de
red sigue yendo desde tu dispositivo a tu proveedor de Internet, pero de
ahí se dirige directo al servidor VPN, desde donde
partirá al destino. Idealmente la conexión está cifrada, de modo que tu
proveedor de Internet realmente no sabe a qué estás accediendo. A
efectos prácticos, tu dirección IP es la del servidor VPN: en muchos
aspectos es como si estuvieras físicamente ahí, conectándote a Internet.
Para qué sirven las conexiones VPN
Seguro que con las explicaciones anteriores ya te has imaginado unas
cuantas situaciones en las que las conexiones VPN podrían ser útiles. Es
un secreto a voces que son especialmente importantes en el entorno
corporativo, pero sus usos no acaban ni mucho menos ahí. Estos son los
principales usos de las conexiones VPN.
1. Teletrabajo
El uso más obvio de una conexión VPN es la interconectividad en redes que no están físicamente conectadas, como es el caso de trabajadores que están en ese momento fuera de la oficina o empresas con sucursales en varias ciudades que necesitan acceder a una única red privada.
Desde el punto de vista de la seguridad, permitir el
acceso indiscriminado a la red propia de una empresa desde Internet es
poco menos que una locura. Aunque el acceso esté protegido con una
contraseña, podría ser capturada en un punto de acceso WiFi público o
avistada por un observador malintencionado.
Por el contrario, el riesgo disminuye si el trabajador y la empresa
se conectan mediante una conexión VPN. El acceso está protegido, la
conexión está previsiblemente cifrada y el trabajador tiene el mismo acceso que si estuviera presencialmente ahí.
2. Evitar censura y bloqueos geográficos de contenido
Con el apogeo de Internet y la picaresca tanto de los proveedores de
contenidos como de los usuarios, se han ido popularizando otros usos más
lúdicos de las conexiones VPN, muchos de ellos relacionados con un
concepto muy sencillo: falsear dónde estás.
Al conectarte con VPN, tu dispositivo se comunica con el servidor VPN, y es éste el que habla con Internet.
Si tú estás en China y el servidor VPN está en Estados Unidos,
generalmente los servidores web creerán que estás navegando desde este
país, dejándote acceder a los contenidos disponibles solo allí, como
podría ser Netflix.
De igual modo, esta misma lógica se puede usar para acceder a aquellos contenidos que estuvieran censurados o bloqueados en tu país, pero no allí donde se encuentra el servidor VPN. Así es como millones de ciudadanos chinos logran conectarse a Facebook y otras 3.000 webs bloqueadas en el país.
3. Capa extra de seguridad
Aunque no es estrictamente necesario, sí es común que las conexiones VPN vengan acompañadas de un cifrado
de los paquetes que se transmiten con ellas, por lo que es normal oir
la recomendación de que, si necesitas conectarte a un punto de acceso
Wi-Fi público, al menos uses te conectes con una VPN. Iniciar sesión en tus cuentas bancarias mientras estás conectado a
una red WiFi pública en la que no confías probablemente no sea la mejor
idea del mundo, pues es relativamente sencillo para un ladrón capturar los paquetes sin cifrar
y hacerse con tus cuentas de usuario. Aquí es donde entra la capa extra
de seguridad que puedes conseguir mediante una conexión VPN, pues los
paquetes se enviarían cifrados, de modo que aquel que está escuchando
probablemente no podría hacer nada con ellos.
No obstante, hay letra pequeña
en esto, pues mientras estás desconfiando de la red pública Wi-Fi,
estás poniendo toda tu fé en el servidor de VPN, que puede de igual modo
capturar todo tu tráfico, guardar registros de lo que haces o incluso vender tu ancho de banda al mejor postor. Una VPN es tan segura y útil como su proveedor. Si no confías en tu VPN, no la uses,
pues en vez de tener una capa de seguridad adicional, tendrás al
enemigo en casa y mirando absolutamente todo lo que haces en Internet.
4. Descargas P2P
Otro uso común de las conexiones VPN se encuentra en las descargas
P2P, lo cual en estos tiempos generalmente es sinónimo de descargar
desde BitTorrent. Antes de que me pongas un parche en el ojo, una pata
de palo y me obligues a pasar por la quilla, las conexiones VPN también
tienen usos en la descarga P2P aunque bajes torrents completamente legales.
Desgraciadamente es cada vez común que los proveedores de Internet
decidan meter las narices en cómo enviamos y recibimos los ceros y unos
en la Red, y aunque les encanta que visitemos páginas web normales, que
descarguemos no les hace tanta gracia: demasiado tráfico, y además probablemente te estás descargando algo ilegal.
Algunos proveedores bloquean por completo las descargas P2P,
mientras que otros simplemente la boicotean para que funcione mal y te
rindas por ti mismo. Igual que puedes usar una conexión VPN para evitar
la censura de tu país, también puedes en ocasiones evitar que tu
proveedor de Internet boicotee tus descargas P2P.
Ventajas de las conexiones VPN
Ahora que ya sabemos qué es una conexión VPN y para qué sirve, es
hora de resumir una lista de las ventajas e inconvenientes que te supone
el uso de esta tecnología. Primero, la parte positiva:
- Funciona en todas las aplicaciones, pues enruta
todo el tráfico de Internet, a diferencia de los servidores proxy, que
solo puedes usar en el navegador web y un puñado de aplicaciones más que
te dejan configurar las opciones de conexión avanzadas.
- Se conecta y desconecta fácilmente. Una vez configurado, puedes activar y desactivar la conexión a tu antojo.
- Seguridad adicional en puntos de acceso WiFi, siempre y cuando la conexión esté cifrada, claro
- Falseo de tu ubicación, como ya hemos visto en el
apartado anterior, una conexión VPN es un modo eficaz de evitar la
censura o acceder a contenido limitado a cierta región.
- Tu proveedor de Internet no puede saber a qué te
dedicas en Internet. ¿No te apetece que tu proveedor de Internet sepa
que te pasas horas viendo vídeos de gatitos en YouTube? Con una VPN no
sabrán a que te dedicas, pero ojo, que sí lo sabrá la compañía que
gestiona el VPN.
Cosas que debes tener en cuenta
Hasta ahora todo muy bonito, usar conexiones VPN parece estar lleno
de ventajas: más seguridad, privacidad mejorada, salto de los bloqueos
geográficos... Antes de que te lances a comprar un servicio de VPN o
registrarte en uno gratuito, hay unos cuantos apartados que debes tener
en cuenta:
- El precio. Aunque hay servicios VPN gratuitos,
obviamente no puedes esperar mucho de ellos, pues con frecuencia
estarán muy limitados, serán muy lentos o no sean muy de fiar. Hay
algunas excepciones, no obstante.
- La velocidad se resiente. La diferencia entre
conectarte a Internet directamente o que tus datos tracen una ruta que
atraviesa medio mundo puede ser abrumadora. Si tu servidor VPN está muy
lejos, experimentarás mucha latencia a la hora de navegar por la red.
Además de latencia, es normal que la velocidad de descarga y subida
máxima estén limitadas.
- Su seguridad no es infalible. Esto ya lo hemos dicho varias veces,
pero nunca está de más repetirlo. Solo porque el icono de la conexión
tenga un candado no quiere decir que la conexión sea segura,
especiamente si estamos hablando de conexiones VPN basadas en el protocolo PPTP.
- No siempre pueden falsear tu ubicación.
Especialmente en el móvil, cada vez hay más tecnologías por las cuales
se puede triangular y aproximar tu ubicación más allá de tu dirección
IP.
- No te proporcionan anonimato. Usar una VPN no supone que la navegación sea anónima. La combinación ganadora para un mayor anonimato, si hacemos caso a Edward Snowden, es usar a la vez una conexión VPN y Tor.
Usa VPN de terceros... o crea tu propio servidor
Lo más normal y rápido para empezar a saborear las ventajas de las
conexiones VPN es registrarse en una de las múltiples empresas que
ofrecen servicios de VPN.
Sin embargo, si quieres un control total y absoluto
de tu conexión o no te fías de nadie, puedes seguir la filosofía de "si
quieres algo bien hecho, debes hacerlo tú mismo". El problema con esto
es que es raro que tengas acceso a un PC en otro país con el cual puedas
disfrutar de algunas de las ventajas que comentábamos antes (evitar
censura, bloqueos geográficos).
Hay algunas excepciones, como los trota-mundos que
viajan con frecuencia e instalando un VPN en su PC en casa encuentran
pueden seguir accediendo a sus archivos allá donde estén, disfrutando
también de los servicios que solo estuvieran disponibles en su país,
como pueden ser Netflix o Spotify.
Si quieres crear tu propio servidor VPN, tanto si es en un PC tuyo con Windows como en un servidor remoto bajo tu control, OpenVPN es probablemente tu mejor opción. Puedes descargarlo
aunque estás avisado de antemano que instalar un servidor VPN no es tan
sencillo como pulsar Siguiente - Siguiente - Siguiente.
Cómo conectar a un servido VPN y dónde se configura
Hoy en día todo sistema operativo en su versión más o menos actual te
permite conectarte a una conexión VPN sin necesidad de instalar nada
adicional. Todo lo que necesitas son los datos de acceso
del proveedor de VPN (o de tu empresa, si es el caso), como la
dirección del servidor, el tipo de VPN y tus credenciales de usuario.
En Windows
En Windows es posible conectarse con una red VPN sin instalar nada
adicional desde allá por Windows XP, pero el soporte para los distintos
tipos de cifrado es más básico cuanto más antigua sea tu versión de
Windows.
En Windows 10 también puedes usar el siguiente modo con la Interfaz Moderna:
- Abre las opciones del PC
- Ve a Red e Internet
- Abre el apartado VPN
- Pulsa Agregar una conexión VPN
- Rellena la información de servidor, tipo de VPN y credenciales de usuario
En Android
También Android cuenta con su propio cliente de VPN, aunque el modo
para acceder a él puede variar ligeramente según la versión de Android
que tengas instalada y las modificaciones en los menús que haya hecho tu
fabricante. Generalmente, lo encontrarás aquí:
- Ve a Ajustes
- Abre el apartado de Redes inalámbricas, conexiones de Red o similares
- Generalmente, las conexiones VPN se encuentran en el apartado Otros o Más Redes.
- Toca en el apartado VPN y pulsa el botón Más (+) para crear la conexión
- Rellena el nombre, tipo de VPN, dirección del servidor y cifrado